El coloso de Rodas
El coloso de Rodas fue una estatua representativa a Helios mejor conocido como el ‘’dios del sol’’. Su enorme tamaño e imponente presencia en la entrada de la costa de Rodas lo hizo merecedor de un puesto entre las siete maravillas del mundo Antiguo. Impresionantemente este gigante de bronce se mantuvo intacto por más de 50 años, aunque misteriosamente es una de las maravillas de la que menos se conoce.
Rodas fue una isla de Grecia ubicada en una intersección entre dos rutas comerciales, al sudoeste de Asia Menor, cerca de Egipto. La historia del origen del Coloso de Rodas es bastante interesante, ya que al morir Alejandro Magno en el año 323 a .C. el imperio que había dejado se vio con un futuro tambaleante. De ahí 3 generales toman el control originando una especie de guerra interna que consecuentemente dividió el imperio en 3 regiones. Rodas se puso del lado del general Ptolomeo quien finalmente fue quien controló Egipto. Fruto de esa asociación surgió una amistad fructífera para ambas partes, tomando total dominio del comercio de la región oriental del Mediterráneo. Antígono, uno de los otros generales no vio con buenos ojos esta situación y le exhortó a Rodas que se pusiera de su lado, Rodas inteligentemente se opuso a esto. Dada esta situación Antígono se vio tentado en llamar a su hijo Demetrio y pedirle que invadiera a Rodas en el 305 a .C. Pese a tener un ejercito de 40.000 hombres y 2 barcos de guerra, la impresionante defensa de Rodas y las tropas de socorro que Ptolomeo había enviado impidieron que Demetrio pudiese causar algún daño.
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